La entrega de premios del Festival Internacional de Televisión para la Conservación y Divulgación de la Naturaleza, TeleNatura 2011, estuvo cargado de emotividad porque celebraba su décimo aniversario. Con este acto terminó una semana intensa, cargada de muchas actividades. Las proyecciones eran sólo una parte de lo que engloba TeleNatura. También hubo una exposición fotográfica en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra durante toda la semana (en el Planetario también se colgaron algunas fotografías), y hubo dos talleres: Periodismo Ambiental, cuyo director fue José María Montero, director del programa Espacio protegido de Canal Sur; y Producción y Realización de Documentales sobre la Naturaleza. Estilo nautilus dirigido por Jan y Melanie Haft.

Los más galardonados de la noche fueron el joven director neozelandés James Muir por su documental River Dog, pues se llevó los premios: mejor producción amateur y mejor realización. Y Wild Japan. The wonders of abundant waters se llevó también dos galardones: premio a la divulgación científica y mejor guión.
En la premiación estuvieron personajes importantes de la Universidad de Navarra como la decana de la Facultad de Comunicación: Mónica Herrero y el vicerrector Alfonso Sánchez-Tabernero. También estuvo el concejal de medio Ambiento de Pamplona.
El premio a la mejor película lo obtuvo Radioactive Wolves (Lobos Radiactivos), que trata sobre los lobos que habitan la zona afectada por el desastre nuclear de Chernobyl. Se proyectó al final de la premiación y gustó mucho al público.
La película despierta un gran interés por estar filmada en esa zona tan particular. Además, tiene la dificultad de ser una zona restringida por lo que tuvieron que grabar en 150 días, a diferencia de Wild Scandinavia. Norway, en la que invirtieron tres años. A lo largo de la película aparecen personajes que conocen la zona y saben mucho de los lobos y otras especies. También son impresionantes las imágenes de las ciudades desiertas.
Lo que más me gustó de este documental es que se podía haber prestado para decir cosas espectaculares, pues la radiación lo permite, pero se atiene a resultados científicos. La hipótesis de que hay en Chernobyl trescientos lobos se ve refutada mediante la investigación de científicos expertos. Lo que parece concluir el documental es que la zona afectada por la radiación se ha convertido en el mejor hábitat para los animales, ya que tienen garantizado que no lucharan contra su mayor enemigo: el hombre.
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